LA MUERTE DE MURILLO
Exigente con su arte hasta el final. Murillo, una de las figuras más importantes del barroco español, subió a un andamio para poder pintar mejor la parte superior de un retablo y un resbalón le jugó una mala pasada. Moría días después a causa de la caída.
Al pintor andaluz se le encargó el cuadro del el retablo de los Capuchinos de Cádiz, que empezó a pintar en 1681. Se trataba de una pieza de grandes dimensiones que requirió la ayuda de un andamio para que pudiera realizar las partes superiores de la pintura.
Una mala caída
Murillo estaba pintando el retablo sobre el andamio, cuando tropezó y cayó al suelo. El accidente le provocó un grave problema en los intestinos ya que hacía tiempo que padecía una hernia. Esto, al parecer, le llevó a la muerte, pero no en el acto, ya que el pintor español, aunque muy enfermo, sobrevivió unos meses más. Finalmente, el 3 de abril de 1682 Bartolomé Esteban Murillo falleció. Su última voluntad fue que se le enterrase en su parroquia de Santa Cruz y que se le dijeran misas en dicha iglesia y en la del Convento de la Merced.
Su recuerdo yace en Sevilla
Al día siguiente, el 4 de abril, fue enterrado tal y como él había pedido. La Iglesia de Santa Cruz, la última casa del artista, desapareció durante la ocupación francesa en Sevilla. Actualmente, el solar de la parroquia lo ocupa la plaza de Santa Cruz, en cuyo subsuelo reposan los restos del gran pintor.
Una gran pérdida
Murillo es uno de los máximos exponentes del arte barroco en España. Un artista que se caracteriza por su magnifica técnica y un gran colorista. El pintor avanza desde un tenebrismo inicial hacia una pintura más suelta, ligera y libre. Además de sus temas religiosos, también es famoso por sus obras realistas.
3 comentarios
Raquel -
anna -
dfdgdcfdc -