GOYA, PINTOR DE GUERRA
Todo comenzaría en 1807 con el Tratado de Fontainebleau. Napoleón, harto de los ingleses, que aún le presentaban resistencia, decidirá someterlos a un bloqueo comercial que les obligue a rendirse. Pero para ello precisaba acabar antes con Portugal, aliado de los ingleses durante este sitio económico, de modo que va a pactar con España un acuerdo por el cual se repartirían el territorio lusitano una vez derrotado este país. Acuerdo y firmas echadas, Napoleón se instala con el beneplácito del gobierno español en territorio ibérico. Sin embargo, la ambición del francés va un poco más lejos y decide “conquistar” España, expulsando a la familia real borbona.
¡Se llevan al infante!
El 2 de mayo de 1808 un grupo de soldados del bando napoleónico trata de sacar del Palacio Real de Madrid al infante Francisco de Paula, hijo de Carlos IV, para llevarlo a Bayona ( Francia ) con el resto de la familia real. Este hecho, observado por un grupo de personas reunidas en torno al palacio, será la gota que colme el vaso de los abusos galos contra el pueblo español. Toda la serie de desórdenes previos y la presión ejercida sobre el rey Fernando VII y su padre, que acabó con una abdicación a favor de José I Bonaparte, van a desembocar en este punto en un altercado inicio de una guerra popular que se extenderá como la pólvora por la ciudad: los levantamientos del 2 de mayo. Una revuelta que tendrá respuesta en la forma de una sangrienta represión ordenada por el general Murat y que supondrá el inicio del fin de Napoleón y el comienzo de la Guerra de la Independencia española, que se alargará todavía seis años más.
La carga de los mamelucos
Si bien el cuadro más conocido de Goya acerca de este episodio es el que representa los fusilamientos del pueblo español a manos de los soldados franceses el posterior día 3 de mayo, es el titulado La carga de los mamelucos el encargado de recoger la confusión y el horror vividos en Madrid el 2 de mayo de 1808. Concebidos ambos como un díptico inseparable, fueron el resultado de una propuesta realizada por Goya a la Regencia de España en 1814 “[…] para perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa". Sin embargo, no hay nada de épico en estos cuadros, en los que se muestra en toda su crudeza la locura y crueldad de la guerra, convirtiéndolos en un ejemplo atemporal del carácter humano en cualquier clase de enfrentamiento pasado, presente o futuro.
“Goya en tiempos de guerra”
Con motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia española, el Museo del Prado ( Madrid, España ) presenta una exposición monográfica acerca del pintor aragonés, en la que destacan los restaurados óleos del 2 y 3 de mayo. Una muestra que recoge casi 200 creaciones de Goya y que permite ver su evolución desde 1795-1800, años de febril actividad y que finalizarán con su nombramiento como Pintor de Cámara, hasta 1814-1820, periodo en el que llevará a cabo sus famosas estampas de La tauromaquia y los Disparates. Un conjunto de obras, el más grande reunido por este museo desde la exposición que organizara en 1996 con ocasión del 250 aniversario del nacimiento de Goya, procedentes de instituciones y colecciones privadas de todo el mundo. artelista.com
¡Se llevan al infante!
El 2 de mayo de 1808 un grupo de soldados del bando napoleónico trata de sacar del Palacio Real de Madrid al infante Francisco de Paula, hijo de Carlos IV, para llevarlo a Bayona ( Francia ) con el resto de la familia real. Este hecho, observado por un grupo de personas reunidas en torno al palacio, será la gota que colme el vaso de los abusos galos contra el pueblo español. Toda la serie de desórdenes previos y la presión ejercida sobre el rey Fernando VII y su padre, que acabó con una abdicación a favor de José I Bonaparte, van a desembocar en este punto en un altercado inicio de una guerra popular que se extenderá como la pólvora por la ciudad: los levantamientos del 2 de mayo. Una revuelta que tendrá respuesta en la forma de una sangrienta represión ordenada por el general Murat y que supondrá el inicio del fin de Napoleón y el comienzo de la Guerra de la Independencia española, que se alargará todavía seis años más.
La carga de los mamelucos
Si bien el cuadro más conocido de Goya acerca de este episodio es el que representa los fusilamientos del pueblo español a manos de los soldados franceses el posterior día 3 de mayo, es el titulado La carga de los mamelucos el encargado de recoger la confusión y el horror vividos en Madrid el 2 de mayo de 1808. Concebidos ambos como un díptico inseparable, fueron el resultado de una propuesta realizada por Goya a la Regencia de España en 1814 “[…] para perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa". Sin embargo, no hay nada de épico en estos cuadros, en los que se muestra en toda su crudeza la locura y crueldad de la guerra, convirtiéndolos en un ejemplo atemporal del carácter humano en cualquier clase de enfrentamiento pasado, presente o futuro.
“Goya en tiempos de guerra”
Con motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia española, el Museo del Prado ( Madrid, España ) presenta una exposición monográfica acerca del pintor aragonés, en la que destacan los restaurados óleos del 2 y 3 de mayo. Una muestra que recoge casi 200 creaciones de Goya y que permite ver su evolución desde 1795-1800, años de febril actividad y que finalizarán con su nombramiento como Pintor de Cámara, hasta 1814-1820, periodo en el que llevará a cabo sus famosas estampas de La tauromaquia y los Disparates. Un conjunto de obras, el más grande reunido por este museo desde la exposición que organizara en 1996 con ocasión del 250 aniversario del nacimiento de Goya, procedentes de instituciones y colecciones privadas de todo el mundo. artelista.com
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