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INSTITUTO DE LOS ANDES

LA SOLEDAD, LOS GENES Y LA SALUD

La soledad también impacta sobre los genes y la salud

Por: Andrea Gentil

(www.saludyciencias.com.ar) Hoy es un estudio científico que relativiza la expresión de los genes de acuerdo con la influencia del medio ambiente y del entorno social en el cual viven las personas.

Pero ya a fines del año pasado, en 2007, una investigación logró probar que el sentirse solo altera el sistema inmune a nivel genético. Esto, a su vez, hace que la persona en cuestión corra más riesgo de sufrir enfermedades en las que la inflamación es un factor desencadenante, como en los males cardíacos, las infecciones y el cáncer.

Este estudio demuestra que el impacto biológico de la soledad se mete dentro de los procesos internos más básicos de nuestro organismo, en la actividad misma de nuestros genes, explica el autor principal de la investigación, Steve Cole, miembro del Centro de Psiconeuroinmunología de la UCLA y uno de los autores principales de la investigación.

Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de estudiar y comparar 22.000 genes humanos, y de comprobar que 209 transcripciones de los genes se expresan de manera diferente entre los dos grupos de personas: los solitarios y los que no lo están.

Entre los primeros, las alteraciones genéticas fueron tales que 78 de esas transcripciones aparecieron como sobreexpresadas (sobretrabajando), mientras que otras 131 o no se expresaban o estaban por debajo de los niveles normales.

Para ser más claros: Los leucocitos o glóbulos blancos de la sangre aparecían como remodeladas explica Cole- en quienes están y se sienten crónicamente solos.

Hallamos que los cambios en la expresión genética dentro de las células relacionadas con el sistema inmune del cuerpo se vinculan de manera específica con la experiencia subjetiva que las personas tienen de su soledad. Y estas diferencias son independientes de otros factores de riesgo como por ejemplo el estado de salud, la edad, el peso y el uso de medicamentos. Es más: los cambios son independientes del tamaño objetivo de la red social de esa persona.

Es en este punto donde se encuentra uno de los mayores logros de esta investigación: la demostración de que la sensación de soledad es más perjudicial que la soledad en sí misma.

En ese sentido, Cole es puntual y directo: Los resultados de los estudios no dependieron ni dependen de a cuánta gente conoce alguien, sino de a cuánta gente alguien siente cerca suyo en determinado momento.

John Cacioppo, psicólogo de la Universidad de Chicago y colega de Cole en la investigación, lleva años estudiando los efectos de la soledad sobre la salud en un grupo de personas que le permitieron hurgar en su vida social y sanitaria. De hecho, Cacioppo publicó en el mes de agosto los resultados de un trabajo que muestra cómo las malas consecuencias en el organismo de los solitarios se acumulan con el tiempo y se unen al estrés y las desgracias inevitables de la vida.

Esto es malo, esto es lo que baja las defensas y llama a las enfermedades tanto de origen externo (como una vulgar gripe) e interno (enfermedades autoinmunes de diverso tipo, aquellas en las que son las propias células del organismo de una persona las que enferman a esa persona).

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