MONASTERIO DE RILA
Instituto de los Andes - Panel: Turismo
Monasterio de Rila, naturaleza y cultura
Por: @Ana Victoria Suárez
"Mientras en Transilvania el conde Drácula (Vlad Tepes) y su ejército empalaban los turcos, los monjes de Rila enfrentaron la dominación otomana con la pluma". Así definía un periodista argentino el espíritu que reside en el interior de una joya Patrimonio de la Humanidad que alberga la cada vez más cercana Bulgaria. Se trata de un impresionante monasterio ortodoxo en el valle de Rila, al oeste del país. De nuevo viajamos a los Balcanes, tierra con la que tenemos mucho en común, pero de la que tanto nos hemos alejado en el siglo XX.
A 150 kilómetros de la capital, Sofía, se alza el Monasterio de Rila en el homónimo valle formado por el río Rilski. Monumento, valle y río están íntimamente ligados por la figura de un cortesano búlgaro del siglo X llamado Iván Rilski que, posteriormente, se le conocería por San Juan de Rila. Cuentan en aquellos parajes que Rilski se retiró a las montañas como ermitaño y vivió en una estrecha cueva: "el agujero del milagro". Tuvo muchos seguidores y su tumba se convirtió en lugar de peregrinación y recogimiento. Bajar al agujero es absolutamente claustrofóbico.
Próximo al lecho de San Juan de Rila se levantó el monasterio. A comienzos del siglo XIV el señor feudal de esas tierras, Jrelio Dragovol, mando edificar el convento. Se construyó como una fortaleza inexpugnable de 23 metros de altura, con una capilla en el último de los cinco pisos. Jrelio, además, mando construir la iglesia principal donde sería enterrado como donador del templo.
Pero toda esta historia sólo sirve para enmarcar la enorme belleza del edificio, obra insigne para el culto de la Iglesia Ortodoxa y hacer las delicias de simples laicos amantes del arte. Sus muros conservan innumerables obras de vital importancia para la cultura búlgara y, por qué no, mundial. Desde este lugar el historiador ruso Teplov escribió: "Si Dios, nuestro Señor desease salir de su habitual morada, sin duda iría a vivir al Monasterio de Rila". Una pasión que deja de parecer exagerada cuando nuestros pasos se adentran en el recinto cuya enormidad del silencio embarga al más escéptico.
Como ocurre con los monasterios católicos, los ortodoxos han sido centros culturales durante el Medievo. Rila destaca por el impacto de su arquitectura, las pinturas murales y las tallas en madera... reflejo vivo de la resistencia inteligente al Imperio Otomano. De ahí que los búlgaros lo identifiquen como símbolo de su identidad, junto a la circunstancia de que se halle en las faldas del monte más alto de toda la península balcánica.
"Desde siempre, los nueve mil metros cuadrados que componen este conjunto monumental se convirtieron en un gran centro literario y educativo, con especial significado para la divulgación de las letras búlgaras. El colorido es espectacular y la visión de los frescos de las capillas es abrumadora, así como la visita a lo largo y ancho de sus bibliotecas y salas de lectura, con ejemplares manuscritos e incunables, los primeros libros eslavos elaborados en Venecia en el siglo XVI, valiosos códices evangélicos...
Resulta indescriptible la sensación de contemplar de cerca las colecciones de monedas, obras de orfebrería como los medallones de oro del siglo IV del emperador romano de Oriente Constancio II, así como las bulas de los monarcas búlgaros, como el diploma con sello de oro otorgado al monasterio por el zar Ivan Shishman en 1378... Pedazos de la Historia, tesoros del mundo.
Hoja de ruta - Cómo llegar: De Madrid a Sofía, vuelos con una escala con la aerolínea Lufthansa. Una vez allí alquilar un coche o concertar visitas con agencias. Esta última opción es más interesantes porque el monasterio de Rila está enmarcado en uno de los numerosos parques nacionales del país, en los que abundan raras especies de flora y fauna, algunas de ellas algo peligrosas como los osos o los lobos. Contrate visitas guiadas, algunas necesitan permiso.
Dónde dormir: Con calificación cinco estrellas: Hotel Radisson SAS Grand, Sheraton Sofia Hotel Balkan, Hotel Kempinski Zografski Sofia, Grand Hotel Sofia.
Más información:
http://www.portalbulgaria.com/
Sagrado y enigmático. Así es el Machu Picchu -la ‘montaña antigua' según su significado en quechua- situada en el corazón de Perú, en las alturas de los Andes peruanos y a escasos kilómetros de la ciudad de Cuzco, capital del Imperio Inca. Candidata a ser declarada una de las 'Siete Nuevas Maravillas del Mundo' en una campaña por Internet promovida por el cineasta suizo Bernard Weber, el Machu Picchu acoge en su cima las ruinas de lo que antaño fue una antigua ciudadela y santuario Inca. 
Los incas convirtieron este paraje en un pequeño pero extraordinario lugar, invisible desde abajo, difícil de acceder, pero con los recursos agrícolas para alimentar a toda su población. La ruinas, descubiertas en 1911 por un arqueólogo de Yale, Hiram Bingham, permiten apreciar la estructura de lo que antiguamente fueron palacios, baños, templos, almacenes y cerca de 150 casas. 
Machu Picchu - declarado santuario histórico por el Gobierno peruano en 1981 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983- es todavía un centro espiritual y muchos místicos peruanos utilizan el lugar, que aseguran que la ciudad está llena de energías profundas. De hecho, el lugar desprende un halo de misterio que se siente en todos los rincones. En breve podría contar con el honor de ser una de las 'Siete Maravillas del Mundo'.