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INSTITUTO DE LOS ANDES

EL REALISMO MÁGICO

Instituto de los Andes - Panel: Los Libros

Berlín, 9 sep (EFE).- El escritor peruano Mario Vargas Llosa sostuvo hoy, en el Festival de Literatura de Berlín, que el término realismo mágico para referirse a un grupo de escritores latinoamericanos ha sido siempre muy inexacto.

"Durante mucho tiempo (la expresión realismo mágico) se usó como una etiqueta para englobar toda la literatura latinoamericana. Eso era impreciso", dijo Vargas Llosa como parte de una respuesta acerca de como veía la literatura latinoamericana después del realismo mágico

"La etiqueta realismo mágico ni siquiera sirve para englobar a escritores de literatura de imaginación como Juan Rulfo, García Márquez, Julio Cortázar o Borges. Cada uno tiene su propia mitología personal y su propio mundo", agregó el escritor.

La literatura latinoamericana actual, según Vargas Llosa, se caracteriza por su diversidad sin que prime ninguna tendencia especial.

"Hubo épocas en que había una tendencia dominante como el realismo o más tarde el llamado realismo mágico. Ahora no la hay. Hay muchos escritores que abordan temas muy diversos con técnicas muy diversas. Eso es positivo, sobre todo en un continente que precisamente se caracteriza por la diversidad", dijo el escritor.

Interrogado acerca de si no sería más fructífero dejar de considerar la literatura latinoamericana de manera global y empezar a agrupar a los escritores de país en país, Vargas Llosa fue enfático en afirmar que nunca había creído en las literaturas nacionales.

"No creo en las literaturas nacionales. Cuando se aplica el criterio nacional, se desvirtúa el hecho literario. Como mucho, se puede establecer una delimitación lingüística", dijo Vargas Llosa.

Vargas Llosa estuvo en el Festival de Literatura de Berlín para presentar la edición alemana de su novela "Travesuras de la niña mala" y habló tanto del origen de esa novela como de diversos aspectos de su trabajo literario.

"La verdad es que durante muchos años yo quise escribir una historia de amor. Creo que es uno de los temas más difíciles de tratar para un novelista porque hay una rica tradición literaria y además porque es un tema con el que muy fácilmente ponemos caer en clichés y en estereotipos", dijo Vargas Llosa.

"Mi idea era escribir una historia de amor moderna. El amor en cada época tiene códigos distintos y yo quería escribir una historia de amor del siglo XIX", agregó.

La historia, además, le permitió a Vargas Llosa describir una serie de ciudades en las que él ha vivido en épocas en que fueron escenarios de desarrollos interesantes en la historia de la segunda mitad del siglo XX como París, en los años 60, Londres, en los setenta, o Madrid, en los ochenta.

La estructura lineal de la novela, que contrasta con las estructuras complejas de las novelas que lo lanzaron a la fama como "Conversación en la catedral" o "La casa verde", la explicó el escritor diciendo que la historia en sí era lo suficientemente laberíntica como para agregarle una dificultades estructurales.

"Flaubert decía que para cada idea existe una palabra precisa. Creo que lo que decía Flaubert para las palabras es válido para las técnicas narrativas. Creo que cada historia tiene una técnica que es la que mejor permite contarla", dijo Vargas Llosa.

Si en algunas novelas la estructura se convierte prácticamente en un tema en otras, como en "Travesuras de la niña mala", conviene, según el escritor, que la estructura sea "lo más invisible posible".

Esa es una decisión, sin embargo, que Vargas Llosa no toma antes de empezar una novela sino que se fraguando en un proceso de "exploración" durante la escritura.

Con respecto al futuro de su obra literaria, Vargas Llosa aseguró no tener ningún temor frente a la posibilidad de que se le agoten los temas.

"La verdad es que nunca he tenido el problema que parecen tener otros escritores que es el de la página en blanco. Siempre he tenido más temas que tiempo para escribir sobre ellos", dijo. http://groups.msn.com/institutodelosandes

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