VIDEOJUEGOS Y GASTRONOMIA: Burgertime (1982)
Burgertime (1982): Jugando con la comida
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Después de su majestad el Pac-Man, Burgertime es el juego inspirado en comida más famoso de la Era Dorada. Creado por Data East Corporation con el original nombre de “Hamburger”, llegó a ser muy popular en las galerías de juego de los Estados Unidos, pasando luego a casi todas las versiones de consolas caseras. En Burgertime el jugador asume el rol del Chef Peter Pepper (Pedro Pimienta), a quien se le ha encomendado la misión de preparar jugosas hamburguesas. Tarea que podría resultar sencilla si no fuera porque cada pieza mide casi el doble del Chef y están repartidas a lo largo de varios pisos. El buen Peter debe ensamblar estas hamburguesas gigantes dejando caer las diferentes capas (los bollos de pan, la carne, los tomates, le lechuga y el queso) unas sobre otras y hacia unas bandejas en la parte inferior de la pantalla. Para complicar más las cosas, debe evitar ser atrapado por unas verdaderas máquinas asesinas gastronómicas, totalmente cegadas por la maldad: el Sr. Hot Dog, el Sr. Pepinillo y el Sr. Huevo, quienes lo perseguirán por un escenario de plataformas unidas por escaleras. Pero no se preocupen, nuestro héroe puede aplastarlos con las enormes piezas de la hamburguesa, aunque segundos después aparecerán más rabiosos que nunca al borde de la pantalla. Otra estrategia para evitar encuentros cercanos (y no sabes lo peligroso que puede ser un huevo frito gigante y malhumorado) es arrojar sobre los villanos tu efectiva, aunque limitada, dotación de pimienta neutralizadora. Una dosis extra de pimienta se obtiene comiendo los alimentos que van apareciendo como bonificación en el centro del laberinto: café, un cono de helado y papas fritas.
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Burgertime dio origen a dos secuelas, “Peter Pepper´s Ice Cream Factory” (1984) y “Super Burgertime” (1990), pero nunca consiguieron gran distribución ni preferencia del público. Otra versión, “PizzaTime”, estaba en pleno desarrollo cuando el mercado de los videojuegos se vino abajo, así que nunca salió del horno.
Quedan para el recuerdo y como ejemplo de perseverancia para todo profesional de la cocina, los bracitos del Chef Peter levantados en jubilosa celebración al haber completado su monumental tarea, sólo para volver a comenzar con más obstáculos esta vez. Inspirador, ¿no es verdad?
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