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INSTITUTO DE LOS ANDES

PENÍNSULA, PENÍNSULA

Hernán Lara Zavala fusiona historia y literatura

La injusticia, el hambre, la desigualdad económica y social son los elementos que dan origen a las revueltas, a las revoluciones. Fue en 1847 que estalló la Guerra de Castas en Yucatán, un combate con tintes raciales y culturales en el que se enfrentaron los indígenas mayas y los descendientes de los conquistadores españoles.

Por: Sylvia Georgina Estrada

La cruenta lucha que exterminó a la mitad de los habitantes de esa zona es recuperada por el escritor Hernán Lara Zavala, quien, después de un intenso trabajo de 10 años, ofrece a los lectores su novela “Península, Península”, editada por Alfaguara.

El narrador estuvo el pasado sábado en el Salón de las Letras para presentar su novela, en la que aborda la Guerra de Castas, ocurrida en Yucatán a mediados del siglo 19.

En tono de broma, Lara Zavala recuerda que una vez dijo que era de origen peninsular y que eso se tomó como si se las “estuviera dando de gachupín”, pero “en realidad lo que trataba de decir es que provenía de la península de Yucatán”.

El germen del libro se remonta a una década atrás, cuando tuvo oportunidad de regresar a la tierra de sus abuelos.

“Un día mi padre se dio cuenta de que yo tenía amor por la tierra de mis abuelos y me llevó a un lugar que se llama Iturbide, en el corazón de la península de Yucatán, un pueblo dejado de la mano de Dios. De pronto vi lo que era un cantón y un fuerte que utilizaban los blancos para protegerse de los ataques de los mayas. Cuando vi eso pensé que tenía que escribir sobre ello”.

Antes, el escritor se tomó un tiempo para investigar y leer archivos y documentos relacionados con lo que sucedió en el Yucatán decimonónico.

“Para eso me tenía que ilustrar, tenía que ponerme a leer, entonces la novela me llevó 10 años, mi primer borrador lo intenté cuando fui a Inglaterra en un año sabático, se me hizo fácil echarme el libro en un año sabático, pero no, me quedó el libro a medio terminar, quedó a la mitad la novela, como un edificio al que se le ven las vigas”.

“Pero dicen que no hay mal que por bien no venga, ni bien que su mal no traiga”, dice el autor en referencia a que perdió su trabajo en la UAM, situación que él considera providencial, pues le permitió terminar la novela.

“(‘Península, Península’) es una novela escrita, pensada, estudiada(…) y la verdad metí toda la carne al asador”, afirma al hablar sobre su libro, en el que la literatura ocupa el lugar de honor, seguida de la historia.

“Yo tenía que pensar en términos literarios, no en términos históricos, pero no podía olvidar la historia porque es lo que le da el plus a una novela de este tipo. A quien no le gusta la literatura y sí le gusta la historia, se ilustra, a quien no le gusta la historia, pero sí le gusta la literatura se divierte”.

Agrega que la “literatura es como una baraja en la que tu mezclas lo que ya viviste, lo que ya leíste, lo que ya pensaste, lo que quieres, lo que puedes.

“No falseé ningún dato de la historia, lo que pude hacer fue ponerle sal y pimienta a los datos de la historia, los aderecé, les puse sabor”, finaliza.

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