ENTRE DIOSES Y HOMBRES
Entre dioses y hombres. Esculturas clásicas del Albertinum de Dresde y del Museo del Prado.
El museo del Prado acogerá 46 piezas de la colección de esculturas clásicas del Albertinum de Dresde, una de las más notorias de Europa, que por vez primera franquearán los límites del territorio alemán a causa del cierre temporal del museo. A éstas obras se anexaran 20 esculturas clásicas del Prado, configurando un encuentro sin precedentes que se prolongará durante un periodo de seis meses. Una oportunidad para descubrir las peculiaridades del arte grecorromano a través de piezas que difícilmente podrán volverse a contemplar fuera de su emplazamiento original.
Conjunción irrepetible
El Zeus y el Efebo de Dresde, réplicas romanas de la Atenea Lemnia de Fidias y del Sátiro escanciando vino de Praxíteles, la Ménade de Dresde y las dos Diosas de Herculano, son algunas de las 46 obras cedidas, gracias a un excepcional acuerdo de colaboración, por la dirección del Albertinum al Museo del Prado. Éste agregará relieves sepulcrales áticos, tres terracotas policromadas de Tanagara, una recopilación de esculturas helenísticas de Alejandría y un muestrario de retratos romanos para conformar un compendio de 66 obras distribuidas en tres secciones básicas, cada una organizada entorno a un tema específico y un periodo. La exposición posee el incentivo de contar con piezas de la colección más prestigiosa de esculturas clásicas de Alemania que, debido al bombardeo de Dresde y al derivado traslado a la Unión Soviética, quedaron olvidadas y, hasta hora, sin haber sido exhibidas con el celo merecido.
Una colección histórica
En el siglo XVIII, el rey de Polonia y Sajonia, Federico Augusto II apodado el Fuerte, fue adquiriendo paulatinamente las piezas que más adelante conformarían la presente y exquisita colección del Albertinum. En 1726, Federico Guillermo I de Prusia le concedió a su amigo la colección de bustos antiguos de Giovanni Bellori; ulteriormente, la colección del príncipe Agostino Chigi y un surtido selecto de esculturas del cardenal Albani pasarían a engrosar el peculio artístico de Augusto II. En 1763, herencia del príncipe Eugenio, se agregaron las tres Diosas de Herculano y, finalmente, las adquisiciones de esculturas originales griegas y helenísticas por el Albertinum durante los siglos XIX y XX acabaron de conformar la colección parte de la cual podrá visitarse por vez primera en Madrid, en un recorrido ineludible por los entresijos del arte grecorromano. artelista.com
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